Me encantaron los planos de sus concepciones, muchos plasmaban con lápices de color lo que solo su imaginación podía ver, con precisión. La secuencia
de planos del museo Guggenheim de Manhattan es un ejemplo de ello, pero también lo es un dibujo a carboncillo de la casa de Mr and Miss Nosequé, simplemente flipante.El cajetín de firma no pasó desapercibido ante mi escrutinizadora mirada, siempre firmaba como "FRANK LLOYD WRIGHT ARCHITECT" a la vera de un cuadrado coloreado de rojo, en mayúsculas como es lo común entre los profesionales de esta profesión, to con mayusculas, no se cortan un pelo. Debo admitir que un detalle se reveló molesto ante mi: esas dos lineas horizontales a debil lápiz que inscriben las letras caligraficas de cada una de las palabras del plano. Horrendo en mi humilde opinión. Bueno, otr@s piensan que le da algún tipo de interés técnico al plano, yo pienso que eso lo dan las cotas, entre otras coTas ;).
Luego nos quedamos mirando un telar que fue diseñado para telón de teatro y que fue confeccionado por su esposa y trabajadores para conmemorar su 80 y algo compleaños, muy bonito por logrande que es, y algo laborioso por la cantidad de costuras y uniones, pero simple.
Y ya con hambre, nos dirigimos a Santurtxi donde nos esperaba una deliciosa cena e un restaurante en la bahia del puerto pesquero que no te menes, no sin antes quedarnos durante un buen tiempo y concentrados como dos bobos en la ultima sala de exposición donde se proyectaba una interesante entrevista televisiva que os aseguro que no tiene desperdicio alguno.
Viva la arquitectura libre!!! Todos somos arquitectos!!! El que diga que no, o es celoso arquitecto o es idiota
